El miércoles 31 de julio, nos levantamos con una terrible noticia, el deshielo en Groenlandia ascendió a 11 mil millones de toneladas de hielo, lo equivalente a 4.4 millones de piscinas olímpicas, esto lo convierte en el mayor derretimiento registrado este verano.
En esta temporada es normal que ocurran deshielos en Groenlandia, pero el aumento de temperatura de este año los ha prolongado, y con ello aumenta la probabilidad de eventos climáticos extremos, tsunamis e inundaciones costeras.
Este fenómeno es un efecto colateral de la ola de calor que se registró este verano en Europa. Casi el 56 % de la capa de hielo que cubre Groenlandia experimentó al menos el derretimiento de un milímetro de agua ese día.
Las altas temperaturas también avivaron los incendios forestales en el Ártico, en particular en Groenlandia, Alaska y Siberia. El Organismo Federal Forestal de la Federación de Rusia calcula que, los incendios forestales declarados en Siberia han afectado una superficie de 33 mil 200 kilómetros, lo cual provocó un daño ecológico de grandes proporciones, mientras que el humo fue claramente visible desde el espacio.
Llevar shorts en Groenlandia se pone de moda
El 82% de la superficie de Groenlandia está cubierta de hielo. El territorio autónomo perteneciente a Dinamarca alberga la segunda capa de hielo más grande del mundo, junto a la Antártida.
Estas dos masas de hielo combinadas contienen suficiente agua congelada para elevar el nivel medio del mar en 65 metros si se derriten de repente.
Todavía queda un mes en la temporada de derretimiento, y la masa de aire caliente aún persiste en gran parte de Groenlandia, haciendo que los residentes de Ilulissat, tercer asentamiento más grande en Groenlandia, hayan sido fotografiados cada vez más con pantalones cortos en las últimas semanas.
Así que tal vez es momento para que los residentes de Groenlandia vayan cambiando las chamarras de su guardarropa, por lentes de sol y bikinis.
¿Y los incendios forestales?
Como ya lo mencionamos el deshielo en Groenlandia y las altas temperaturas también alimentaron los incendios forestales en Alaska y Siberia.
El servicio de vigilancia atmosférica de Copernicus, estima que en julio de este año, las emisiones de dióxido de carbono provocadas por los incendios forestales declarados en el círculo polar ártico ascendieron a 75 mil 5047 megatoneladas, un valor equiparable a las emisiones anuales por quema de combustibles fósiles en Colombia hace dos años.
La cifra supone un aumento de más del 100% con respecto a los niveles de julio del año pasado y supera el récord anterior fijado en el mes de junio.
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