Cuando caminamos por la playa, sentimos que ese pedacito de arena también nos pertenece. Y es cierto. Según la Ley General de Bienes Nacionales, las playas mexicanas son bienes de uso común, lo que significa que todas las personas tenemos derecho a disfrutarlas. Pero en la práctica, ese derecho se enfrenta cada vez más a obstáculos, como: accesos cerrados, construcciones a pie de mar, privatización encubierta y contaminación. Frente a esta situación, nace una iniciativa ciudadana que quiere recordarnos sobre que el derecho al mar inicia en la playa. Se llama “Es mi playa, mi barrio”, y busca salvar nuestras playas.
El valor real de nuestras playas: Más que arena y mar
Las playas mexicanas no son solo destinos turísticos. Son espacios de recreación, sustento y convivencia para quienes viven cerca del litoral. Son parte del barrio. Desde la pesca artesanal hasta el turismo ecológico, las comunidades costeras dependen directamente de la salud de estas zonas.
“Es mi playa, mi barrio” promueve la conciencia sobre la urgencia de conservar las playas como recursos de uso común. Y va más allá, pues busca visibilizar los lazos emocionales, históricos y ambientales que las personas tienen con estos espacios.

¿Qué amenaza a nuestras playas?
El deterioro de las playas no ocurre de un día para otro, pero sus consecuencias se vuelven irreversibles si no se actúa a tiempo, con acciones tempranas para combatir el deterioro ambiental, como el reciclado, el uso de energías renovables y el cuidado de los espacios verdes.
Entre las principales amenazas están:
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Construcciones sobre la franja costera, que alteran los ecosistemas y erosionan el terreno.
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Privatización disfrazada mediante cierres de acceso o instalaciones que restringen el paso.
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Contaminación y sobreúso, donde la falta de conciencia ambiental termina por degradar lo que más valoramos.
Este abandono silencioso afecta no solo al medio ambiente, sino también a las economías locales y a nuestra identidad colectiva como sociedad.
La propuesta para salvar nuestras playas
“Es mi playa, mi barrio” no se trata solo de denuncia, sino de acción. Propone construir una red colaborativa de vecinos, turistas, activistas y autoridades para intercambiar información, experiencias y estrategias que ayuden a conservar las playas, afrontándose a que estos espacios, aunque reconocidos por la ley, no están claramente definidos. Por eso, la propuesta es sencilla, pero poderosa, al buscar definir de forma colectiva qué significa ese “uso común”, para integrarlo en el marco legal y garantizar que las playas sigan siendo accesibles, cuidadas y sostenibles para todos.
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Participar sí sirve para salvar nuestras playas: ¿Cómo sumarse a la defensa de las playas?
La invitación es clara y directa: cuidar las playas es cuidar la vida colectiva de nuestras comunidades costeras. La iniciativa te convoca a informarte, compartir tus experiencias y formar parte de una red que ya está actuando. No importa si vives junto al mar o a kilómetros de distancia. Si alguna vez una playa te ha regalado un buen momento, también puedes devolverle algo hoy, desde el Sitio oficial: https://esmiplaya.mx/
Las playas necesitan más que turistas, necesitan defensores
Las playas mexicanas no necesitan solo visitantes. Necesitan voces que las defiendan, manos que las limpien y comunidades que las protejan. La iniciativa «Es mi playa, mi barrio» no solo alza la voz por un derecho, sino que propone un camino concreto para ejercerlo y cuidarlo. Porque el mar empieza en la playa, y la playa empieza en el barrio. Y ese barrio también puede ser el tuyo.