Greta Thunberg, la joven activista ambiental viajó de su natal Suecia a Estados Unidos para asistir a la Cumbre de Acción Climática de Naciones Unidas, que se realiza en Nueva York, y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019 que se efectuará en Chile en diciembre.
Para la sueca en que transporte cruzar el Atlántico fue una gran problema, pues hace cuatro años dejó de volar para concientizar sobre las emisiones de gases que producen los aviones.
El gran dilema de volar
La protesta de la adolescente está surtiendo efecto y cada vez más personas se detienen a pensar si viajar en avión o no.
La pregunta ya es para muchos un dilema ético debido al impacto de la aviación en el cambio climático.
El país donde nació Greta Thunberg, ha tomado muy en serio el tema, y generó un nuevo término y tendencia, flygskam, que significa «la vergüenza de volar».
Flygskam es un movimiento creciente en el país escandinavo, que insta a las personas a no volar y elegir otros medios de transporte para reducir su impacto ambiental.
Las cifras que alarmaron a Greta Thunberg
Dicha postura está sustentada en cifras de la contaminación que genera la industria.
Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, este año el sector producirá cerca de 927 millones de toneladas de dióxido de carbono, considerado por la ONU como el principal impulsor del cambio climático.
Entre los contaminantes mas comunes que se emiten durante las operaciones aéreas se encuentran: óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, óxidos de azufre, y ozono.
Entonces ¿qué transporte debo tomar?
Lo primero que debes de saber es que la industria de la aviación es responsable del 12% de dióxido de carbono emitido por medios de transporte, mientras que los medios terrestres producen el 74%.
Para empezar a medir el costo beneficio, primero debemos de tener en mente el número de emisiones totales de co2 y por pasajero.
Lo cual solo significa cuantos pasajeros lleva un medio de transporte.
Y es que “a medida que aumenta el número de pasajeros en un vehículo, aumentan las emisiones totales de CO2 de dicho vehículo, pero las emisiones por pasajero disminuyen” explica la Agencia Europea del Medio Ambiente.
Por ejemplo, un recorrido de 483 kilómetros a bordo de un coche mediano puede emitir aproximadamente 104 kilos de dióxido de carbono, sin importar el número de pasajeros. Volar esa misma distancia genera 184 kilos, por pasajero.
Y bueno el medio que sale ganando entre todos es el tren ya que sólo genera unos cuantos gramos de dióxido de carbono por más de 100 personas transportadas.
El transporte ferroviario representa sólo el 0.7% de las emisiones totales de CO2 mientras que alcanza el 9% de la demanda mundial de movilidad.
Así que ya sabes, si quieres ser como Greta Thunberg, sigue la tendencia de flygskam, y viaja en tren.
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