Hoy, como cada 15 de marzo, se conmemora el Día Mundial del Consumo Responsable.
El consumo es una conducta habitual que todos los seres humanos tenemos como una necesidad imperante, pues debido al sistema económico bajo el cual funcionamos, es imposible no comprar los artículos que necesitamos, sin embargo, todo depende de la manera en que lo hacemos.
Las consecuencias del consumismo no solamente afectan en nuestra economía, es importante que estemos conscientes también del impacto del consumo en el medio ambiente.
El consumo depende de tres variables:
El precio del bien o servicio en relación con poder adquirirlo o no, tomando en cuenta que los precios bajos atraen el consumo de la sociedad. En segundo lugar, la variable de los ingresos se consideran respecto a las posibilidades económicas, o bien, si se gana o no lo suficiente para poder consumir lo deseado. Por último lugar, se consideran los gastos del consumidor, pues hay productos que aunque no sean de necesidad básica, han tomado tal valor por la sociedad.
El impacto del consumo en el medio ambiente tiene grandes consecuencias importantes de conocer para comenzar a hacer conscientes.
Se trata de convertirnos en consumidores responsables, de considerar qué tan importante es adquirir algún producto o servicio. El consumo de productos genera mucha basura y desperdicios, simplemente el comprar alimentos para llevar implica una gran cantidad de envoltorios, plástico, papel, cubiertos de plástico, popotes y unicel. Es importante tomar en cuenta las opciones de reciclaje.
Además, el consumo excesivo provoca el agotamiento y deterioro de los recursos naturales. Al hacer compras en exceso, sustituimos objetos que aún tienen una vida útil colaborando con la contaminación industrial para la fabricación de más cosas, pues entre más demanda haya en las tiendas y almacenes, más se propicia la fabricación, lo cual es muy conveniente para las grandes firmas, pero no para el medio ambiente.
Por otro lado, la elección de los productos que consumimos debe también basarse en algunos elementos como en su impacto ambiental, no sólo en su precio.
Te sugerimos comprar objetos que fueron elaborados localmente pues la transportación implica un gran desperdicio de combustible. Considera también adquirir productos de buena calidad para no tener que comprar uno nuevo en un plazo de tiempo pequeño. Como es de saberse, a la larga, lo barato sale caro.
La organización Responsable realizó un estudio en el que se explica el panorama de la responsabilidad social en México respecto al consumo, y expone que sólo el 85 por ciento de los consumidores en México son responsables respecto a la manera en que adquieren. El 86 por ciento de los consumidores están dispuestos a cambiar las marcas que compran motivados por las acciones responsables social y ambientalmente de las firmas, no obstante, sólo el 18 por ciento de las personas lo ha hecho.
Por el lado empresarial, sólo el 26 por ciento de las empresas mexicanas no realizan acciones de responsabilidad social, no es un índice bajo, sin embargo, como sociedad debemos aspirar y actuar para que éste sea cada vez mayor.
También, de acuerdo a este estudio, el 44 por ciento de los consumidores están dispuestos a pagar más por un producto o servicio que realice prácticas sociales y ambientales responsables.
Para ser un consumidor responsable, considera el impacto ambiental de los productos que consumes, valora y piensa en sus procesos de producción, su transportación, distribución y residuos que dejará al terminar su ciclo de vida, así como asegurar su calidad para aprovechar al máximo sin causar mayores daños ambientales.