El deseo de una familia de hacer parte de los suyos a una nueva mascota es muy común hoy en día, especialmente a un perro. Sin embargo, lo indicado antes de adquirir uno es investigar su origen, pues éste podría una instalación de tráfico o un lugar en donde los animales son mantenidos encerrados —criaderos de perros—.
Donde hay docenas de perras hembras pariendo constantemente, sufriendo de arrebatos prematuros de sus cachorros para ser vendidos a los humanos.
Es importante que antes de comprar un perro proveniente de un criadero, conozcas la realidad que hay detrás de estos.
Usualmente estos perritos tienen problemas de salud debido a las condiciones higiénicas bajo las que viven, la cruza endogámica, la deficiente atención veterinaria, o serios problemas de socialización causados por el arrebato de su grupo familiar.
En ocasiones, las personas están encaprichadas con cierta raza y por esto, están dispuestos a pagar lo que sea por uno de estos ejemplares. Otros, están en contra de la cría o los criaderos de perros al haber tantos perros que buscan hogar en la calle y deciden adoptar un ejemplar canino sin importar su raza o pedigree.
Respecto al origen de los criaderos de perros, se cree que los primeros perros domesticados se originaron en China o en el Medio Este hace 15 mil años. Los primeros perros domesticados llegaron de Europa hace 19 o 32 mil años atrás. Antes, sin importar su origen, los perros eran usados para ser guardianes, cazadores o en el pastoreo.
Los perros de raza pura solían ser considerados un símbolo de status social, y actualmente son también una preferencia personal y este sentimiento puede llevar a algunos a incursionar en el negocio de los criaderos.
Para muchos criaderos es importante alinearse a algunos cuidados, como revisar la línea de sangre o historial de los cachorros, proporcionar un contrato a los dueños para asegurar su salud, e incluso colocar microchips y ofrecer constantes revisiones de salud, vacunas y alimento especial. Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas respecto a los criadores, pues muchos no funcionan de esta manera e incluso, desaparecen después de la venta de cachorros.
Lamentablemente, este es un negocio y mientras más puras sean las razas de perros, más negocio hay detrás de éste, además de tener herramientas gratuitas que facilitan su publicidad, como Internet.
Normalmente muchos perros de las tiendas de mascotas provienen de este tipo de fábricas o criaderos de cachorros, por lo que no son el resultado de una crianza cuidadosa y no son bien atendidos. Pueden padecer algunas enfermedades y condiciones neurológicas, trastornos sanguíneos, problemas oculares, displasia de cadera o parvovirus canino.
Usualmente a los criadores les interesa más el aspecto de los animales que su salud, por lo que no imposible encontrarnos con situaciones en que los perros son cruzados siendo de la misma familia directa o cruzados a muy temprana edad, incluso antes de cumplir un año y de esta manera, no es posible detectar algún problema genético.
Por todas estas razones, en caso de querer adquirir un perrito, considera la adopción, y en caso de desear una raza particular, investiga siempre su origen y las referencias de sus criadores. Conoce al cachorro y a sus padres para asegurar la inexistencia de problemas como agresión o miedo.
Los criadores de renombre conocen la raza que representan y pueden ayudar con problemas físicos o de conducta que presenten los cachorros. Estas personas socializan a sus cachorros desde su nacimiento, les enseñan buenos rasgos y eliminan los malos, además de poder contar la historia de cada uno de sus perros.
Antes de adquirir, investiga y haz consciencia. ¡Siempre será mejor adoptar!
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