Si aún no has visto el documental Nuestro planeta, deberías; es una colaboración entre Netflix y WWF que explora las maravillas naturales, las especies icónicas y las escenas de la vida silvestre que prevalecen y revela los principales problemas que amenazan su existencia.
Indudablemente los seres humanos a través de los años y nuestras prácticas, nos convertimos en la mayor amenaza para el bienestar del planeta, este documental nos recuerda, él porque de conservar a tantas y tantas especies.
El “suicidio” de las morsas
Las morsas son uno de los centenares de animales afectados por el calentamiento global, desde hace años se agrupan miles de ellas en una costa Rusa, pues fueron desplazadas por el derretimiento de los polos, este es de los pocos lugares en los que pueden descansar y alimentarse.
Pero son tantas, que se aplastan las unas con las otras para sobrevivir; desesperadas algunas escalan acantilados para poder descansar mejor, pero si tienen hambre deben volver al mar. Y regresar al agua es un gran problema pues tienen una mala visión y su peso dificulta su movilidad, por lo que su desesperación las hace tirarse de grandes alturas y morir en el intento.
Lanfear uno de los fotógrafos que documentó la caída de las morsas habló al respecto: “ Creemos que las morsas que están en la cima pueden escuchar a las que están en el agua, y sentir que hay agua abajo. Se tambalean en el borde, y simplemente no saben cómo bajar. Un pequeño grupo de unas seis o siete bajaban sin problemas, y todos celebramos. Pero la gran mayoría no puede. Básicamente caminan hasta que se termina la colina. Así que es una situación trágica. Es absolutamente descorazonador”.
Suelos marinos contaminados
La contaminación de los mares es un tema cada día más común, diversas campañas tratan de revertir este terrible daño a los ecosistemas marinos como los arrecifes de coral que son una parte importante para la vida acuática. Pero, ¿realmente hasta donde llega la contaminación que generamos?
El ser humano ha explorado apenas el 5% de los océanos, aún así, existe evidencia de que en la parte más profunda de ellos, ha 200 kilómetros bajo el mar la contaminación ha llegado y modifica la existencia de peces que ni siquiera han podido ser clasificados.
Sin duda este es uno de los casos más sorprendentes, de hasta dónde ha llegado la mano del hombre.
La gran desaparición de los búfalos o bisonte americano
Millones de bisontes recorrieron las llanuras de Estados Unidos de América hace cientos de años, pero en sólo 60, el mamífero terrestre más grande del continente fue cazado hasta estar al borde de la extinción
Después de un esfuerzo de conservación nacional, la población de estos animales comenzó a recuperarse.
Pero el nuevo mundo al que se enfrentaron era más hostil, pues la mitad de las grandes llanuras que antes había fueron reemplazadas por tierras de cultivo, así que la única manera de asegurar su supervivencia fue instalarlos en parques nacionales, áreas protegidas y granjas.
La gran marcha de los pingüinos
Los pingüinos también son afectados por el calentamiento global, pues pertenece al grupo de especies que dependen del hielo, y ahora que se derrite a un ritmo tan rápido su hábitat se modifica. Hoy en día son más vulnerables a los depredadores que en el pasado estaban bajo las gruesas capas de hielo.
Los científicos creen que este tierno animalito ha visto desaparecer a la mitad de su población en los últimos 50 años en la región antártica. Y los pingüinos emperador han visto mayores pérdidas.
Su reproducción y supervivencia es uno de los cambios más preocupantes, pues una vez que el polluelo sale del huevo el padre sale en busca de comida, y al regresar por medio de su canto se reconocen, para así no alimentan a ningún otro polluelo.
¿Pero qué pasa con los pequeños, cuyos padres son devorados por los depredadores que el hielo ha dejado al descubierto? Sencillo, mueren por inanición.
La pesca indiscriminada de atún
Uno de los animales más importantes de nuestra dieta diaria está en peligro de extinción: el atún, ¿Por qué?, pues gracias a que lo consumimos gran parte del año. Esto orilla a las empresas pescadoras a sobreexplotar el mar, lo que a su vez provoca un gran desequilibrio en el hábitat, haciendo que estos peces dejen de existir en nuestros hogares y en los mares.
Controlando la pesca indiscriminada, los océanos se podrían recuperar y así nuestra alimentación también sería sustentable.
Son diversas áreas de nuestra vida cotidiana a las que debemos prestar más atención para así poder reducir nuestro impacto ambiental. Utilizar menos bolsas y popotes ayuda mucho a los mares, también una buena manera de generar un cambio es reduciendo nuestra ingesta de peces en peligro de extinción.
Sólo hay que ir haciendo un cambio a la vez en nuestra mentalidad y hogares.
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