Tortillas, pozole, atole, esquites… cada uno de estos alimentos acaban de ser protegidos por el Senado de la República con la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo.
Esto quiere decir que el Estado garantizará y fomentará que las personas consuman y tengan acceso maíz, así como de sus derivados libres de transgénicos.
Con ello planean evitar que cualquier modificación genética tenga algún riesgo para la salud humana y contamine las semillas nativas.
¿Hay un Consejo Nacional del Maíz?
Por absurdo que parezca la ley estableció la creación del Consejo Nacional del Maíz (Conam).
El órgano dependiente del Poder Ejecutivo Federal, dará su opinión en materia de protección de la semilla nativa y en diversificación constante.
Podrá opinar sobre el diseño, planeación, programación y definición de políticas públicas sobre fomento y protección al maíz nativo; así como revisar la modificación de los programas de semillas de maíz.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) también tendrá facultades para la autorización y supervisión de los Bancos de Semillas de Maíz.
Bancos de Maíz ¿En serio?
La ley también establece el fomento a la creación de Bancos Comunitarios de Semillas por parte de las comunidades, quienes podrán usar de acuerdo con sus usos y costumbres.
La razón de ser de estas reservas del grano es protegerlo a él y sus derivados, ante el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Con esta medida se pretende impulsar su producción para que la pequeña agricultura mexicana vuelva a resurgir, y así fortalecer sus ventajas económicas, pues gracias a los pequeños propietarios México logró ser autosuficiente.
El Senado de la República advierte que el maíz mexicano está en riesgo frente las políticas públicas que favorecen la explotación del campo.
Ahora las y los mexicanos podemos estar tranquilos, pues al parecer nuestro patrimonio culinario está a salvo.
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