La ONU dio a conocer los graves e irreversibles problemas que presentan diversos ecosistemas en el mundo, el informe de la organización retrató los grandes problemas de la humanidad como agua y aire contaminado, y varias miles de especies en peligro de extinción.
En México no hay una cultura ecológica, y se están sufriendo las consecuencias, al menos es así en las grandes ciudades. El ejemplo más claro es el de esta semana, con la contingencia ambiental impuesta en la Ciudad de México, y por primera vez en estados como Hidalgo, Puebla y Querétaro, debido a la mala calidad del aire.
Millones de especies en peligro de extinción
Apenas la semana pasada se dio a conocer que al menos un millón, de las 8 millones de especies de animales y plantas se encuentran amenazadas de extinción, y al menos 872 se han extinguido desde hace 500 años. Para llegar a este resultado, los científicos utilizaron un método de estimación basado en la desaparición de los hábitats. La conclusión a la que llegaron fue que estas especies están condenadas a la desaparición a raíz de los daños provocados a su hábitat.
El ser humano está acabando con los recursos naturales, y esta frase es más que un cliché ecologista, las cifras así lo demuestran, por ejemplo, la producción agrícola está a la alza, y con esto la explotación de los suelos, lo cual provoca la erosión de los mismos. Además, el aumento en el uso de los fertilizantes también comienza a impactar la calidad de los alimentos que las personas consumimos a diario.
Los océanos víctimas de la pesca
Por otro lado, los océanos también enfrentan sus propias batallas, pues las capturas de peces aumentaron 50% en los últimos 50 años. Esto está repercutiendo en la disminución de la densidad poblacional de peces cuya pesca no es ilegal, pero la situación de vulnerabilidad que atraviesan debería llevarnos ser más cuidadosos con su consumo, pues cerca del 75% de las principales reservas de peces se encuentran actualmente agotadas o sobre explotadas.
Energía que sale cara
Más de 2 mil millones de personas utilizan madera de árbol como fuente de energía, además del uso decorativo, durante la vida y la muerte, lo que provoca que estos organismos dejen de desempeñar su papel crucial para filtrar el agua y el aire. La consecuencia más inmediata es que disminuye la absorción de las emisiones de CO2 por parte de la vegetación y los océanos, lo cual aumenta los efectos del cambio climático.
El resultado es que hoy en día el 75% del medio ambiente terrestre, el 40% del medio ambiente marino y la mitad de las corrientes de agua presentan signos importantes de degradación, de acuerdo al informe de la ONU.
Más allá de las cifras presentadas, se pueden observar ahora sí de manera tangible los cambios que sufre nuestro planeta, pero sobre todo en nuestro entorno más inmediato, en lo personal, nunca había visto que cayeran muertas aves por golpes de calor, como sucedió recientemente en San Luis Potosí.