El ecoturismo, también conocido como turismo ecológico comprende la actividad turística que se ejerce sin alterar al medio ambiente evitando cualquier daño a la naturaleza. Esta es una tendencia que busca compatibilizar la ecología con la industria turística.
A pesar de evitar el impacto negativo en la naturaleza, ¿realmente se logra no afectar en lo absoluto al ecosistema que se visita? ¿Cómo impacta el ecoturismo en la fauna?
Las actividades verdes, ecológicas y amigables con el planeta parecen ser hoy en día, justamente una tendencia que se sigue para pretender ir junto con una oleada de conductas humanas que dictan el modus operandi de la alimentación, del vestir, del vivir y hasta del viajar.
Parecería que todo este código ético humano en la naturaleza no tiene un impacto ambiental, pues además, en el caso particular del ecoturismo, esta práctica suele pensarse como una forma sostenible de explotar el patrimonio cultural de una región a través de la preservación de la integridad de los ecosistemas generando ingresos para los habitantes de las localidades.
Sin embargo, de acuerdo a la ecóloga Helena de Godoy Bergallo, docente de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, este tipo de actividad puede generar una huella considerable a la fauna de los lugares en donde se promueve con tanta devoción el ecoturismo. Sostiene que estos impactos deben ser comprendidos por la ciencia y deben ser minimizados a través de una gestión más eficaz.
Uno de los grandes problemas del ecoturismo es la mortalidad y la consecuencia de algunos ejemplares de la población de algunas especies. La escala de aceptabilidad se basa en motivos estéticos y no científicos.
Deberían de realizarse más estudios, pues sin duda el aumento de la mortalidad de animales relacionado con actividades de caza y pesca así como con el choque contra los vehículos y embarcaciones utilizados en esta actividad va cada vez en aumento, señaló la ecóloga en el taller organizado por la Fundación para el Amparo y la Investigación de la Biodiversidad del Estado de Sao Paolo. Un ejemplo de estas bajas, son los manatíes que mueren a causa de las hélices de los barcos.
La construcción de posadas, restaurantes e infraestructura para recibir a los turistas causa alteraciones en el hábitat y en la composición de la vegetación. Asimismo, se da la pérdida de especies autóctonas y la peligrosa entrada de otras más invasoras; una merma de la floración y los frutos.
Las olas de los barcos generan la intrusión de sal en ambientes que no toleran el mineral. El pisoteo de la vegetación provoca la compactación del suelo y la modificación vegetal. La luz artificial, los sonidos que emiten los motores de los barcos, los vehículos terrestres y las aeronaves claramente son estresantes para la fauna.
Otro dato que conocer sobre cómo impacta el ecoturismo en la fauna es la distorsión de los hábitos alimentarios de los animales, en parte por los alimentos que los turistas les proporcionan indebidamente o por las carnadas que emplean los responsables de los paseos para atraer a la fauna y los turistas puedan admirarlas, como al delfín rosado. Además es importantes recordar que muchas especies son mantenidas en cautiverio para que los visitantes tengan una experiencia íntima con los animales.
El ecoturismo está vinculado a un sentido ético hacia los ecosistemas, sin embargo, intenta investigar bien cuáles son los principios de los organizadores del viaje que planeas hacer para no causar mayores daños a la fauna y apoyar a idea del desarrollo sostenible al mismo tiempo.