Seguramente has escuchado hablar de los bitcoins, una moneda virtual, que dicen, puede ser la moneda del futuro. Siempre irá más allá de su precio en dólares o incluso en oro, siempre tendrá el valor que le otorgue su poseedor. Lo que probablemente no sabías, es que el bitcoin amenaza al medio ambiente. Todo surgió así…
Durante la crisis económica del 2008, apareció un post en un blog de criptografía. Su autor anónimo, Satoshi Nakamoto, proponía en él un nuevo sistema de efectivo digital: el bitcoin.
Un par de años después, en mayo del 2010, apareció este mensaje en un foro:
Laszlo: Estoy dispuesto a pagar 10 mil bitcoins por dos pizzas.
Jercos: Hecho
Esta fue la primera compra en la historia hecha con bitcoins. En ese entonces, Laszlo pagó lo equivalente a 200 dólares, que hoy en día son 45 millones de pesos.
Hoy en día, es una moneda que lo cambió todo. La gente lo utiliza de diferentes maneras, dependiendo de las empresas o personas que lo usan. Puede servir como una manera de inversión, como una alternativa al sistema financiera, pero también como una válvula de escape para no perder más valor en el dinero que se tiene.
Poco a poco fue subiendo su valor, el cual hoy puede ser calculado en hasta 1 millón de dólares debido a su popular en la web, sin embargo, para evitar su inflación, su concurrencia sólo puede llegar hasta los 21 millones de bitcoins en el mercado.
¿Por qué el bitcoin amenaza el ambiente si es la moneda virtual del futuro?
No todo es miel sobre hojuelas, el impacto medioambiental del bitcoin es uno de los riesgos latentes de esta moneda virtual.
El crecimiento del bitcoin requiere de un proceso de respaldo y mantenimiento informático, denominado “minería”, el cual consume una cantidad exagerada de energía. Esto, debido al poder requerido de las computadoras y sistemas para mantener la cadena de bloques de bitcoin inalterada, es decir, el respaldo o mina criptográfica virtual.
Este proceso, llevado a cabo por el Digiconomist, implica que una transacción con bitcoin consume 275 kilowatts por cada hora de electricidad, equivalente a una bombilla de 100 watts encendida durante 10 horas.
Anualmente, el consumo de energía es de 30 terawatts, equivalente a más energía de la consumida por 159 países en el mundo o 0.13 por ciento del consumo de energía total mundial en un año.
Traducido de lo virtual a lo real, si el bitcoin fuera un país, ocuparía el lugar 61 en términos de consumo eléctrico.
Esto, actualmente, pues su consumo de energía se incrementa cada vez más, y de manera exponencial. En un solo mes incrementó en un 30 por ciento, un ritmo mayor aun que su valorización.
Con este ritmo, el respaldo del bitcoin requerirá de toda la energía que se produce en los Estados Unidos para mediados del año 2019 y toda la energía que produce el mundo para febrero del 2020. Sin duda, el bitcoin amenaza el ambiente.
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Financieramente, estos datos no convienen a los pocos inversionistas, sin embargo, si el manejo del bitcoin no nos lleva a una crisis medioambiental, nos llevará a una crisis económica por una razón muy similar a la de 2008, al seguir fungiendo esencialmente como un activo de especulación.
¿Considerarías necesaria una moneda virtual que podría tener un gran valor pese al aumento de la contaminación en el mundo?
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