En un esfuerzo colaborativo entre la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), asociaciones civiles, comunidades locales y la academia, se ha llevado a cabo un ambicioso proyecto «los ojos que vigilan nuestros ecosistemas» para monitorear la salud de los ecosistemas mexicanos, a través del uso de tecnología avanzada y la participación activa de las comunidades rurales, se ha generado una invaluable cantidad de datos que ayudarán a comprender mejor la defaunación y sus impactos en el medio ambiente.
Monitoreo de la fauna en comunidades rurales: Resguardo y prevención de las especies endémicas de la región
Durante los últimos dos años, aproximadamente 52 comunidades rurales en México se han dedicado a monitorear la fauna de las selvas y bosques del país, equipadas con cámaras, micrófonos y trampas, estas comunidades han trabajado en estrecha colaboración con expertos para evaluar la salud de los ecosistemas locales y entender mejor su funcionamiento.
Proyecto SIPECAM: Sitios Permanentes de Calibración y Monitoreo de la Biodiversidad
Este proyecto, conocido como SIPECAM, ha abarcado diversas regiones del país, desde el bosque templado en la Sierra de Atoyac de Álvarez hasta la selva húmeda en Ocosingo y Marqués de Comillas, en Chiapas. Los resultados han sido impresionantes: se han recolectado más de 1.4 millones de archivos de audio, 200 mil fotos, 70 mil videos y se ha analizado la presencia de mil 720 roedores.
Implicaciones de salud y defaunación
Durante el Primer Encuentro Nacional sobre Monitoreo de la Biodiversidad, el doctor Rodolfo Dirzo de la Universidad Stanford explicó que el proyecto SIPECAM se originó, en parte, como un estudio sobre la defaunación y sus implicaciones para la salud humana, pues la desaparición de especies grandes ha dado lugar a un aumento en la diversidad y abundancia de especies pequeñas, como los roedores, lo que podría tener efectos significativos en la salud del ecosistema.
Conclusiones y perspectivas
El proyecto SIPECAM representa un paso importante hacia una comprensión más profunda de nuestros ecosistemas y los desafíos que enfrentan, la colaboración entre comunidades locales, organizaciones civiles y expertos en biodiversidad demuestra el poder de la acción colectiva en la protección del medio ambiente. A medida que continuamos monitoreando y aprendiendo de nuestros ecosistemas, podemos tomar medidas más efectivas para su conservación y sustentabilidad a largo plazo.