Skin: La piel que habitamos

Si este fuera el último día de tu vida, ¿pensarías que tus seres más queridos están contentos con lo que les has compartido? Y si sí, ¿crees que el lugar en el que vives sentiría la gratitud de tu existencia en él? Es extraño pensar que no tiene mucho tiempo que el humano comenzó a hacer conciencia del deterioro inevitable que nuestro planeta está enfrentando, pero ahora, hasta en el mundo del arte, los mensajes de conciencia ambiental relucen.

Esta instalación lleva por nombre Skin y su creador es Mehmet Ali Uysal (Mersin, Turquía, 1976). Uysal es artista y profesor de Música y Bellas Artes en la Universidad Técnica de Oriente Medio en Ankara.

skin mehmet ali uysal
*Fuente: Saatchi Art Gallery

Skin tiene seis metros de altura y está hecha con madera y acero. Se encuentra en el Parque Chaudfontaine en Bélgica y fue creada en el 2009 para el Festival of the Five Seasons. En una curiosidad intensa de concebir qué hay debajo  de la piel que pellizca esa pinza, decidí platicar con Mehmet, quien me dio la libertad de entender la obra como libre espectadora, a excepción de este discurso inicial.

Mehmet creó Skin para hacernos conscientes y pensar cómo entendemos y sentimos a la Tierra.

En turco hay dos palabras para decir ‘piel’: deri, traducida literalmente como “piel” y ten, que además de significar “piel humana”, simboliza algo más textil, poético e incluso sensual, de acuerdo a Mehmet. No hay una traducción literal en inglés o en español.

Probablemente el significado de una pinza que pellizca la tierra podría carecer de un sentido sin su ubicación, y lo mismo pasaría con nosotros, si no nos entendemos como humanos existentes en un mundo, pues sin éste no tendríamos un sentido.

Nuestra piel se llama planeta Tierra. La piel es una capa externa de todo lo que tenemos debajo, pero nuestro exterior siempre refleja lo que tenemos dentro y no sólo en las entrañas, sino en el alma y en los sentidos.

 

skin mehmet ali uysal
*Fuente: Saatchi Art Gallery

Así, la apariencia del planeta habla por sí sola y dice muchas cosas, pero no todos esos mensajes son negativos. Además de los fenómenos naturales que asimilamos como un castigo por nuestro “mal comportamiento”, al no consumir de productos ecológicos y comprometernos al cien por ciento con el planeta, la naturaleza nos sigue brindando excepcionales paisajes naturales que superan la paz que pueda brindar cualquier obra artística magnífica.

La piel de nuestro planeta indica su edad, y aunque no sepamos cuánto tiempo más exista éste, lo cierto es que los años vividos los ha vivido de la manera más intensa y entera.

Los fenómenos de la naturaleza, las catástrofes y hasta el cambio climático, no son del todo culpa del ser humano, es también el lenguaje de la Tierra. Por supuesto que este compromiso con la Tierra podría —tendría— que ser aún más grande.

Nuestro sentido de destrucción como seres humanos es tan natural como estos fenómenos. Parece que no sólo los humanos poseemos un Eros y un Tánatos, sino que el planeta también.

Para la creación de Skin se utilizó materia prima y esto, seguro que nadie lo juzgaría, aunque el mundo tenga que ser tratado “con pincitas”. Pues finalmente, la vida, no es vida, sin muerte…

 

 

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Rune Guneriussen: Connections, comunión de sentido

 

Rune Guneriussen: Connections, comunión de sentido

Los humanos hemos olvidado el llamado más importante que se nos ha hecho: el continuo reclamo del planeta. Somos parte de éste, sus huéspedes, no somos dueños de él y así es como lo plasma el artista conceptual noruego Rune Guneriussen, quien a partir de objetos ordinarios, pero estéticos, interpreta la convivencia de la humanidad y la naturaleza en instalaciones ordenadas armónicamente en escenarios naturales de su país, al cual conoce y ama sinceramente.

Sus numerosos viajes por Noruega le han brindado la clave crucial para aterrizar sus ideas previas a la ejecución artística, en la ubicación más fastuosa, generalmente en medio de la naturaleza virgen que aún se encuentra en su país.

Los cambios de clima y las estaciones ofrecen a Rune una comunicación directa entre su propia naturaleza y su arte. Muchas de sus obras se han modificado en el proceso debido al clima extremo y otras situaciones naturales, sin embargo, nada ha intervenido para cambiar el resultado de su sentir.

El proceso creativo de Guneriussen se engendra en sus objetivos artísticos. Él no señala una manera de leer sus obras, sino que prefiere indicar un camino que lleve a entender una historia.

rune guneriussen
Rune Guneriussen *Foto: stmoritzartmasters

En su serie Connections del 2006, los teléfonos blancos incorporan un comportamiento como especie humana y su proceder, no sólo implica convivencia, sino el sentir del uno con el otro en el lugar más puro y en el estado en el que se encuentran, abrazados y rodeados de agua, el elemento vital por excelencia, del que si no cuidamos, la vida humana podría acabar.

El color predominante en esta instalación es el blanco, un tono esencial y puro. La comprensión de la relación de los teléfonos, es la conexión comunicativa entre la naturaleza, los sentimientos y el sentido de supervivencia que por alguna razón personal y no sólo artística, Rune no decide plasmar con personas, sino con objetos que representan comunicación y expresión en un grado obvio.

rune guneriussen
Connections (2006), Rune Guneriussen *Foto: runeguneriussen.no

Rune también realiza instalaciones con lámparas, sillas, libros y otros objetos, sin embargo, los teléfonos antiguos no son un elemento muy común u ordinario. Si hay algo que el artista comunica, es en definitiva el llamado que nos hace nuestro entorno natural, cada quién decide qué tipo de llamado recibe y si lo contesta.

Una vez que Guneriussen realiza las tomas fotográficas, desmantela las obras, sin dejar rastro de ellas. De esta manera, se podría interpretar nuestro devenir en el planeta. Para el artista, la humanidad ha cambiado dramáticamente, para mí también.

Rune Guneriussen
A multiverse explanation (2010), Rune Guneriussen

 

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El impacto del consumo en el medio ambiente

Hoy, como cada 15 de marzo, se conmemora el Día Mundial del Consumo Responsable.

El consumo es una conducta habitual que todos los seres humanos tenemos como una necesidad imperante, pues debido al sistema económico bajo el cual funcionamos, es imposible no comprar los artículos que necesitamos, sin embargo, todo depende de la manera en que lo hacemos.

Las consecuencias del consumismo no solamente afectan en nuestra economía, es importante que estemos conscientes también del impacto del consumo en el medio ambiente.

 

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El consumo depende de tres variables:

El precio del bien o servicio en relación con poder adquirirlo o no, tomando en cuenta que los precios bajos atraen el consumo de la sociedad. En segundo lugar, la variable de los ingresos se consideran respecto a las posibilidades económicas, o bien, si se gana o no lo suficiente para poder consumir lo deseado. Por último lugar, se consideran los gastos del consumidor, pues hay productos que aunque no sean de necesidad básica, han tomado tal valor por la sociedad.

El impacto del consumo en el medio ambiente tiene grandes consecuencias importantes de conocer para comenzar a hacer conscientes.

Se trata de convertirnos en consumidores responsables, de considerar qué tan importante es adquirir algún producto o servicio. El consumo de productos genera mucha basura y desperdicios, simplemente el comprar alimentos para llevar implica una gran cantidad de envoltorios, plástico, papel, cubiertos de plástico, popotes y unicel. Es importante tomar en cuenta las opciones de reciclaje.

Además, el consumo excesivo provoca el agotamiento y deterioro de los recursos naturales. Al hacer compras en exceso, sustituimos objetos que aún tienen una vida útil colaborando con la contaminación industrial para la fabricación de más cosas, pues entre más demanda haya en las tiendas y almacenes, más se propicia la fabricación, lo cual es muy conveniente para las grandes firmas, pero no para el medio ambiente.

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Por otro lado, la elección de los productos que consumimos debe también basarse en algunos elementos como en su impacto ambiental, no sólo en su precio.

Te sugerimos comprar objetos que fueron elaborados localmente pues la transportación implica un gran desperdicio de combustible. Considera también adquirir productos de buena calidad para no tener que comprar uno nuevo en un plazo de tiempo pequeño. Como es de saberse, a la larga, lo barato sale caro.

La organización Responsable realizó un estudio en el que se explica el panorama de la responsabilidad social en México respecto al consumo, y expone que sólo el 85 por ciento de los consumidores en México son responsables respecto a la manera en que adquieren. El 86 por ciento de los consumidores están dispuestos a cambiar las marcas que compran motivados por las acciones responsables social y ambientalmente de las firmas, no obstante, sólo el 18 por ciento de las personas lo ha hecho.

Por el lado empresarial, sólo el 26 por ciento de las empresas mexicanas no realizan acciones de responsabilidad social, no es un índice bajo, sin embargo, como sociedad debemos aspirar y actuar para que éste sea cada vez mayor.

El impacto del consumo en el medio ambiente
*Foto vía Soyrural

También, de acuerdo a este estudio, el 44 por ciento de los consumidores están dispuestos a pagar más por un producto o servicio que realice prácticas sociales y ambientales responsables.

Para ser un consumidor responsable, considera el impacto ambiental de los productos que consumes, valora y piensa en sus procesos de producción, su transportación, distribución y residuos que dejará al terminar su ciclo de vida, así como asegurar su calidad para aprovechar al máximo sin causar mayores daños ambientales.

 

Buy Nothing Day: Día Mundial sin Compras